Qué duda cabe que las fiestas mayores y más conocidas son las celebradas en época estival, nuestros peculiares encierros que son la seña de identidad en la Sierra del Segura, no obstante existen otras manifestaciones festivas de carácter litúrgico que, sin tener el tronco común de los encierros de reses bravas, han merecido el reconocimiento de visitantes e instituciones. Uno de los casos más llamativos a los que nos estamos refiriendo es la festividad del Corpus Christi, una de las manifestaciones festivas más originales de las que se celebran en nuestra comarca. De todos es conocido el refrán “Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión". Estas tres solemnidades se celebraban habitualmente en jueves. El Jueves Santo por razones obvias se sigue celebrando en jueves, pero el Corpus Christi, por razones pastorales y litúrgicas pasó de celebrarse en jueves a celebrarse en domingo, mientras que el día de la Ascensión dependiendo del lugar, se celebra en jueves o en domingo. No hay que confundir el día de la Asunción de la Virgen (15 de agosto) que el día de la Ascensión del Señor (en Pascua). Son dos solemnidades y fiestas diferentes.
Todos los municipios de la comarca de la Sierra del Segura, celebran las tradicionales procesiones del Corpus Christi, una de las manifestaciones religiosas más antiguas que se conocen, destinada a venerar la Eucaristía y a exaltar la doctrina del cuerpo de Cristo. De origen medieval, el Corpus Christi, que se celebra sesenta días después del Domingo de Resurrección, se ha convertido en una fiesta de gran tradición y colorido en nuestra comarca, donde los altares y las alfombras de serrín y de plantas aromáticas hacen de esta celebración una manifestación de solemnidad y de trabajo colectivo. Tal vez la celebración festiva más conocida de nuestra comarca sean las alfombras de serrín de Elche de la Sierra, única fiesta de toda nuestra comarca declarada de Interés Turístico Regional, pero también son peculiares las alfombras de plantas aromáticas de Bogarra, así como los altares que se erigen en localidades como Lietor, Yeste o Ayna.
LOS ALTARES DEL CORPUS
Los altares del Corpus en nuestra comarca son elementos representativos de esta festividad. Estos sencillos altares, compuestos por flores, macetas, colchas de ganchillo o mantones bordados, al que siempre acompaña una imagen religiosa, están erigidos en el mismo recorrido de la procesión del Corpus, y antiguamente tenían como finalidad habilitar zonas de descanso a los sacerdotes que llevaban a mano las pesadas Custodias y al tratarse de tan preciado objeto y, portando nada menos que a Jesús Sacramentado, estos lugares de descanso se fueron convirtiendo en altares efímeros en los que las paradas y descansos se aprovechan para hacer las estaciones. Aunque en alguno de nuestros pueblos, como es el caso de Lietor, aún se sigue llevando la Santa Custodia a mano por parte del sacerdote bajo palio, las principales iglesias de la comarca, como es el caso de Elche de la Sierra, han incorporado carrozas de ruedas o andas para llevar a hombros. Pero los altares callejeros, a pesar de perder su finalidad práctica, se mantienen como actos de ofrenda y honor al Santísimo, y como hitos para rezar las estaciones durante la procesión. La realización de estos altares corría a cargo de particulares, tradicionalmente familias pudientes, cuya vivienda estaba situada en el recorrido de la procesión, engalanando estos con los mejores cortinajes de la casa y las imágenes de la devoción doméstica de cada una, además de los enseres y ajuares más lujosos de las capillas u oratorios privados de las casas señoriales. Actualmente estos altares se levantan en la propia calle o en alguna de las casas del recorrido de la procesión que se ofrecen para realizar los mismos. Además de erigir estos altares, también se engalanan con colchas de ganchillo o mantones bordados los balcones por donde discurre el paso de la procesión.
LAS ALFOMBRAS DEL CORPUS
Dentro del panorama festivo del Corpus Christi, son dos las localidades serranas que han sabido hacer de esta festividad un hecho diferencial y emblemático con el que sus gentes se sienten muy identificadas. Estas localidades son Elche de la Sierra y Bogarra con sus peculiares y elaboradas alfombras. Elche de la Sierra es el municipio serrano pionero en la elaboración de alfombras de serrín. Los orígenes de esta tradición se remontan a 1.964, cuando aquella mañana del Corpus los elcheños se vieron sorprendidos por esta iniciativa llevada a cabo por los voluntarios de un curso de cristiandad, llevando a la práctica una idea traída de tierras catalanas por un comerciante local, Paco Carcelén, y que mantuvieron en secreto durante semanas con el objetivo de entusiasmar a las gentes aquel amanecer y alegrar los ojos sorprendidos de los elcheños. Esta iniciativa tuvo tal aceptación, que los elcheños año tras año fueron ampliando la participación, el diseño y la originalidad, llegando a lo que hoy son las alfombras elcheñas: las más elaboradas y más famosas alfombras de serrín de todo el panorama nacional, merecedoras desde 1.994 con el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Regional. Hoy en día son las peñas elcheñas, de todas las edades, las encargadas de elaborar estos prodigios de color, asesoradas en todo momento por la Asociación de Amigos de las Alfombras de Serrín, que está llevando a cabo una labor encomiable para la promoción de esta espectacular fiesta del color. En los primeros años, además de las alfombras también se construían alteres en el recorrido de la procesión elcheña, pero poco a poco esta iniciativa se fue desapareciendo, hasta que el pasado año de nuevo fue recuperada esta tradición de los altares. Como en casi todos los lugares, además de la Santa Custodia, los protagonistas de esta procesión son los niños y niñas que han hecho la comunión y dan un toque de frescor a esta tradición. Por su parte Bogarra cubre sus calles para el paso de la procesión con vistosas y naturales alfombras hechas con pétalos de flores, plantas aromáticas y hojas de árboles. Esta iniciativa data de mediados de los años 70 del pasado siglo. Unos días antes de la festividad, las gentes del lugar salen al campo a recolectar las plantas, flores y hojas que servirán para realizar estas coloridas y aromáticas alfombras. Con esta materia prima, los lugareños van confeccionando sus obras durante la noche anterior, teniendo como guía los dibujos realizados en el suelo, casi siempre representando motivos alegóricos a la Eucaristía. También se hacen alteres y son adornados los balcones del recorrido procesional con colchas de ganchillo, mantones bordados o encajes artesanales, haciendo de esta tradición algo único en la comarca serrana. La tenacidad de los voluntarios en la recolección de las plantas y las flores y el trabajo minucioso, sobre todo de las mujeres bogarreñas en el deshojando de los pétalos de flores, han convertido esta festividad en un portento de originalidad y belleza. Además de estos dos municipios, también Ayna confecciona alfombras, haciendo una mezcla de alfombras con plantas aromáticas y algún tramo de alfombra de serrín a la salida de la iglesia.
Fotos_Luis Vizcaino y Rodrigo García.
Autor del artículo_Rodrigo García (Goli).
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